martes, 31 de enero de 2012

Musa (2)







Tus ojos clavados en mi pecho,
mis manos recorriendo tu pelo.
Unidos por nuestros miedos,
yo me quedo sin aliento.
Despierto de aquel sueño,
tanteo el aire con los dedos
y me río de mis lamentos.
Recuerdo el sabor de tu aroma,
recuerdo el olor de tu fuego
y mi pecho se desangra por dentro.

lunes, 23 de enero de 2012

Rutina Diaria





Hola, Soledad, bienvenida otra vez a mi lecho; acompáñame hacia el éxtasis de esta terrible agonía.
¿Qué tal sufrimiento? ¿Viene a golpearme de nuevo? Aún siguen las llagas de ayer en mi cuerpo; escuecen todavía las heridas ocasionadas por la vara del dolor.
Hasta siempre, Felicidad, que disfrute de su jubilación.

domingo, 22 de enero de 2012

Musa

Dulce melodía que amansas mi voluntad,
en mis oídos resuenas
tan bella,
tan sensual...
Inmortal.

En mi  causas ansiedad,
tristeza,
dolor.
Todo depende del momento,
depende del corazón.

Ruges según mis deseos,
aúllas según mi intención.
Acaricias mi alma,
la apuñalas a traición.

Eres el arma que me daña
y el beso de curación.
Eres el elixir que me da la vida
y el mortal veneno de mi melancolía.

viernes, 20 de enero de 2012

Fantasmas en las Tinieblas



Las suaves sábanas que tantas noches me habían arropado, se tornaban ahora ásperas y rudas. Constriñendo mi cuerpo cual camisa de fuerza. En la calle, una lúgubre noche acrecentaba el sadismo de las pesadillas. Habiendo resuelto torturarme hasta el amanecer. Una tras otra descargaba sus garras sobre mí, desgarrando músculo y tendones; ensuciando mi prisión de un carmesí color.

Finalmente consigo abrir los ojos y despertar de aquel grotesco sueño. Pero de nada sirve, pues la carne sigue aun herida. Causándome dolor y sufrimiento.

Me sangran los globos oculares, intentando mitigar la agonía de mi alma. De nada sirve. Bajo de nuevo los párpados, tratando huir así de la realidad.

 - Ayúdame... -. Susurro en la oscuridad.

jueves, 5 de enero de 2012

El Baño

Me encontraba cercado por esas cuatro paredes. Sentía como mi mente se despegaba del cuerpo, viajando a lugares de ensueño; lejos de aquel habitáculo. Estaba cómodo en aquel trono de mármol, parecía hecho a medida y, conseguía evaporar todas mis preocupaciones. De pronto, sentí como una parte de mí se esfumaba a través de un torbellino líquido de ideas y emociones. Para acabar depositado en las cloacas de la inconsciencia, tal vez para siempre. Esperando ser depurado algún día, y así, volver a formar parte de ese ser pensante: yo.

Prima - Vera

Una joven de apariencia. Una joven que podría arrebatarle el puesto a la mismísima Venus con un solo gesto. Una flor que apenas ha llegado a florecer.

El movimiento de su pelo imita hojas acunadas por los brazos del viento. Sus ojos son dos estrellas ante la inmensidad de la noche, hacen envidiar al propio astro. Su cara brilla con luz propia, rebosando pureza y dulzura por todos sus poros. Por no hablar de sus labios, aquellos que tantas noches he añorado, aquellos que tantas noches he anhelado.
Pasa junto a mí. La observo, la siento, la deseo.

Calla corazón, no hables aún.

Lleva puesto un vestido vaporoso, vestido que apenas deja rienda suelta a la imaginación. Ocultando mínimamente sus encantos. Aumentando cada vez más mis deseos, fundiendo este desbocado corazón con un sentimiento.

¡Oh! Damisela, cuan deseo perderme entre tus labios, recorrer tu cuerpo con mis manos. Despertar de mis sueños y… encontrarte a mi lado.

Pequeña Presentación

Hola; soy un chico de 23 años, con los ojos azules, mido un metro noventa y procuro ir a diario al gimnasio para cuidar y mantener su estupendo físico... ¿Os habéis creído algo de lo que os he dicho hasta ahora? Pues no lo hagáis, dado que es todo mentira. Si fuese cierto no perdería el tiempo restregándoselo a los enormes arquetipos de unos cien kilos de peso y cuya única meta en la vida es subir de nivel a su PJ. Seamos francos, si mi descripción fuese cierta estaría demasiado ocupado ligando en un bar cualquiera de la ciudad.

En realidad soy un chaval de 18 años, con los ojos verdes más bien esmirriadete y al que le faltan muchos capítulos por leer del gran libro de la vida. Me describiría como alguien bastante sociable (es decir: cuento con una amplia gama de gente conocida), aunque mis verdaderos amigos podría contarlos con los dedos de una sola mano. También me considero bastante bromista, dado que siempre intento arrancarle alguna sonrisa a las personas; aunque a veces se me va la mano y recibo alguna que otra colleja bien merecida. Mis ratos libres los gasto en aporrear un bajo situado estratégicamente en mi cuarto, escribiendo algún relato (aunque cada vez que lo hago muere un escritor), escuchando música (como todo buen hijo de vecino) y, como no, leyendo. Diría que leo prácticamente de todo (desde grandes clásicos como "El rey Lear" hasta best-seller actuales como "Los Juegos del Hambre"); pero si me tengo que quedar con tan solo un autor de todos los que he devorado sería Gustavo Adolfo Bécquer, tanto sus rimas como sus leyendas.

Seguramente, después de haber leído hasta aquí, os preguntaréis que le ha llevado a este cazurro a crear este blog y, por consiguiente, a escribir (si es que se le puede llamar así). Pues bien, todo eso se lo debo a un gran amigo mío (de esos de la mano, la derecha para ser exactos) que consiguió hacerme sentar delante de una hoja y cogerle el punto a eso de vomitar un chorro de tinta negra sobre la hoja.

Creo que ya no tengo nada más que contar y además mis dedos me estan suplicando que deje de escribir, así que mis próximos esfuerzos y quebraderos de cabeza irán a parar a mis próximos textos. Tan solo recalcaré que la perfección (a la que he tratado de acercarme con estas habladurías) recae en el punto medio entre dos extremos viciosos (en este caso la realidad y la ficción).