Siento que tus marrones ojos marrones me han visitado esta noche. Dos puntos ígneos flotando en el aire, dos esferas brillando en la más absoluta oscuridad. Has destruido mis pesadillas con tu mirada; me has desnudado con tu pupila y me he sentido frágil, indefenso ante tu presencia.
Te veo junto a mí altiva y orgullosa, divina y maravillosa y ... Te deseo...
Deseo espantar para siempre a los demonios con tu sola presencia, ansío beber de tus labios hasta quedar satisfecho y añoro acurrucarme entre tus brazos y sentirme completo. Pero el pasado golpea incesante como un martillo sobre el yunque del herrero; me susurra al oído palabras aterradoras para recordarme la estupidez que supone hacerse ilusiones. Pues al final todo acaba siendo polvo y llanto.
Pero es tan fácil dejarse llevar por los sueños...