Ojalá este viento
se lleve mis penas hoy
y la Luna, siempre sola,
me acompañe con su voz.
Las pesadillas me atormentan,
me maltratan con fervor
y tus ojos, dos luceros,
me observan desde el rincón.
Tus cabellos, esta noche,
destellan como el Sol
y mi sonrisa se muestra sin pudor.
Ansío probar de tus labios
las gotas de ese alcohol.
Emborracharme de ese néctar
que me roba la razón.
Danzan las estrellas al son
de nuestra canción
y yo deseo...
deseo fundirme en tu fuego
y embriagarme de tu olor.
Pero despierto, consternado,
abrazado al colchón.
Me levanto de la cama,
las fuerzas me abandonan
y me aferro a tu recuerdo,
convirtiéndose en mi droga.