miércoles, 27 de febrero de 2013

Preguntas... preguntas sin respuesta


En el borde de ese interminable silencio escucho mi respiración. Intermitente y rota, a punto de desmoronarse. Pasan los segundos, los minutos y las horas; mientras que mi mente vaga sin rumbo por el filo de una navaja. Resbalando a cada paso, a punto de caer al abismo de los recuerdos. Las ganas van abandonando el cuerpo y la fuerza de voluntad comienza a perder ese pulso contra la vida ¿Dónde se pueden encontrar las respuestas cuando todo tu horizonte se tiñe de negro? ¿Como arrastrar esa maldita losa cuando su peso tiende al infinito?
Preguntas, preguntas sin respuesta que sólo puede comprender uno mismo. Cuando pierdes el rumbo, tienes una cita con la inmensidad para volver a encontrarlo o para dejarte llevar...
¿Puede un cuchillo dar abrazos?
¿Puede herir una sonrisa?
¿Y puede matar un recuerdo?
¿O sólo son tonterías infantiles?
Suena demasiado bien eso de dejarse llevar, pero estoy seguro de que alguien se quejará de que en el barco no hay capitán.
Ahora pues, en medio de la locura, constato que no se puede perder una lucha contra la vida, la apuesta eres tú mismo y si pierdes, quieras o no, estás muerto.
"Me da miedo la enormidad donde nadie oye mi voz//¿O es que acaso hay alguien más aquí?".