El viento sopla con fuerza esta noche, golpeando las
ventanas de tu mente. Los cristales crujen y los cimientos se tambalean;
formando recuerdos que se entrelazan en una extraña ausencia.
Un frío helador se cuela por cada rendija de la casa. Una
maraña de pensamientos y emociones que tratan de destrozar la poca cordura que
te queda. Sientes un escalofrío recorre tu cuerpo, una incesante punzada de
temor y rebeldía, un pinchazo de lucidez y locura que te hace ver la realidad
por un instante...
Poco a poco el viento te envuelve en su gélido y mortal
abrazo. Gimes, gritas y pataleas pero nada detiene su avance.
No eres más que un chiquillo tiritando trozos de soledad y
miedo.
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